Estatua de Toth

 

Descripción:
Estatua de Toth (Babuino), egipcio realizado en piedra de serpentina. Antigua procedencia Subasta Christies, años 70.

Precio: A Consultar

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No hay que achacar forzosamente a una casualidad el hecho de que la estatuilla mida siete centímetros de altura. El número siete fue la cifra mágica por excelencia, ya que siete son los orificios naturales de un rostro humano, y esos orificios son los que permiten, y permitirán en el Más Allá; ver, escuchar, respirar, hablar y comer al muerto, ya justificado tras el juicio póstumo de Osiris. Si Toth era mago, ¿qué mejor medida para su estatua? 

La estatua, en sus líneas generales, representa las dos manifestaciones del dios: el babuino y la forma humana con cabeza de ibis. Ambas formas, zoomorfas y divinas, están sobre un podio arquitectónico, un santuario dedicado a su culto. Una imagen muy semejante se conserva en el museo del Louvre (figura 6). Este ejemplar está hecho con fayenza, oro y plata. Al igual que el Toth en estudio, también está sobre su santuario, al que se accede por una escalera representada en el frente de la base. Su antigüedad se fija en el periodo greco romano, desde la llegada de Alejandro Magno a Egipto, hasta la muerte de Cleopatra VII (332 – 30 a.C.). No son los únicos ejemplos en los que Toth está posado sobre su santuario. Ello indica, junto con la escalera, una idea de “dominio” y de “ascensión”, ideas consustanciales al mundo de los dioses. El signo jeroglífico , E16 de la gramática de Alan Gardiner, muestra al dios Anubis sobre un templo, y en las traducciones leemos: “Anubis sobre su santuario”. Análogo racionamiento es aplicable a Toth. En ambos ejemplos tratados, está perfectamente definida la gola egipcia (toro geométrico) con la que se coronaban los templos y santuarios. 

Retornando al Toth en estudio, el rasgo más original de la estatua reside en que las manifestaciones de Toth, babuino y hombre-ibis, aparezcan juntas. Lo más usual es que el babuino aparezca solo, como el caso de El Louvre, o que acompañe a un escriba, como símbolo de apoyo y protección. Y también hay que destacar el material que se utilizó para su labra. Una piedra dura, como la supuesta serpentina, requiere una maestría especial, nada común, por parte del artesano, máxime cuando se permitió “perforar”, por dos veces, una piedra de esa naturaleza. 

.Al igual que el ejemplar del Louvre, y algunos otros, sin duda estaría tocado con la doble posición principal de la luna: cuarto creciente y luna plena. Tocado que luce también otro dios lunar muy conocido: Khonsu, hijo de Amón y de su consorte Mut. Como el modelo parisino, todo induce a pensar que este tocado estaría hecho con 

metales tan ricos como el oro, el electrón o la plata. El orificio sobre la cabeza, así lo atestigua. 

El hombre-ibis avanza su pierna izquierda, conforme al canon establecido por las “casas de vida”1, para las figuras andando, en movimiento, aunque en este caso todo sugiere que está estático, inmóvil, junto a la otra faceta de su manifestación divina. 

En la parte inferior del santuario-base un friso horizontal de signos repite el grupo jeroglífico: , que traducimos como. “Toda vida y dominio (también poder)” y, aunque con menos claridad, debida a falta de definición en el signo central (quizá “estabilidad), otros grupos sí repiten “toda…y potencia”: 

Cultura

Arte Egipcio

Época

Baja Época (664-332 a.C.)

Material

Piedra dura verdosa. Posiblemente una variedad de serpentina. Egipto, país pobre en árboles maderables, es muy rico en variedades de piedras con distintos porcentajes en su composición. Sólo en granitos, Alfred Lucas, contó hasta ocho variedades.

Tamaño

Altura = 7 cm.
Anchura máxima = 2,81 cm.

Conservación

Buen estado de Conservación

Procedencia

Antigua procedencia Subasta Christies, años 70.

Precio