Galeria F. Cervera tuvo el placer de asistir a la Feria SAM (Salón de Arte Moderno 2024).
Junto a Feria SAM, se creo la exposición central y tematizada «El Arte Inevitable – Origines y Correspondencias» con diferentes conceptos mezclado arte clásico (piezas de arqueología proporcionadas por la Galería F. Cervera) y Arte Moderno (Proporcionado por diferentes galerías que también participaron en la Feria).
EL ARTE INEVITABLE
Orígenes y Correspondencias
En diciembre de 1933, Paul Eluard publicó un artículo en la revista surrealista Minotaure titulado «Les plus belles car-tes postales». En él escribió lo siguiente:»¿Cuándo veremos postales de Mal Año, mezclando siglos con meses, años con semanas y días con noches en detrimento del tiempo y en beneficio de las sensaciones?» Sería Salvador Dalí quien respondiera a su llamada. Lo hizo con Mauvaise Année [Mal Año], una postal sobre la que trabajó a partir de un fragmento que aparecía en la zona superior de su obra Los placeres iluminados (1929), hoy en el MoMA, y en el que aparecen Gala, un rostro masculino y la cabeza de un león. Dalí envió al poeta la postal resultante. Partiendo de lo mágico del desear a alguien un cierto futuro, en este caso materializado en una tarjeta postal, y lo paradójico de desear un»mal año», las obras de arte muestran que, sea cual sea el porvenir y el misterio que las envuelve, es de ellos de donde se nutre en su esencia la creación artística.
Esta pequeña e intrigante obra de Dalí arrojada hacia el futuro, a la vez, como carta y amuleto, reconciliación y bur-la, se muestra acompañada en la exposición El Arte Inevitable, Orígenes y Correspondencias de una escultura de Sekhmet proveniente del antiguo Egipto. El resultado es algo más que la evidente comparación visual: se revelan conexiones mucho más profundas, que tienen que ver con la condición humana y la resignificación de las imágenes. Siguiendo esta estela, se sugieren aquí una serie de correspondencias entre obras de la Antigüedad y de la Edad Media. pertenecientes a culturas europeas y mediterráneas como Egipto, Roma, la cultura íbera y el estilo gótico, y obras de artistas del ámbito occidental del siglo XX, principalmente españoles. De estos diálogos, como si de una postal de Dalí a Éluard se tratara, emergen aproximaciones a la idea de indagación y búsqueda como esencia de la creación artística y también de la revisión constante de la historia del arte, de las ideas estéticas y de algunos temas recurrentes por parte de los artistas.
Entre los muchos posibles, esta exposición propone conceptos que atraviesan el tiempo del arte y permiten una mirada transhistórica, tales como el espa-cio, la mirada, el mito o el cuerpo. Las correspondencias presentadas se materializan en ocasiones a través de analogías visuales de carácter más formal, mientras que en otras encuentran su continuidad desde una perspectiva más conceptual o estética.
Dentro de este marco de conexiones poéticas, se presentan, por ejemplo, obras de los primeros años o momentos formativos de artistas como Joaquín Sorolla, Juan Gris o Angeles Santos que nos muestran rasgos, a veces casi imperceptibles, de su obra futura, como si su trabajo estuviera destinado, inevitablemente, a transformar los cimientos del arte. Asimismo, los vínculos entre lo matérico, lo imaginario y las creencias, que articulan espacios espirituales que no se pueden separar de lo plástico, muestran el arte como algo «inevitable». Las obras clásicas se convierten así, contempladas hoy, en una suerte de carta al artista del futuro que mezcla, como decía Éluard, los siglos con los meses. Aportan una mirada al hilo invisible de la creación que, rehuyendo toda evolución lineal o teleológica, enlaza los orígenes con el espíritu moderno de las vanguardias.
El arte, desde tiempos antiguos, como se ve especialmente en las obras funerarias y religiosas, no es sino una llamada a través del tiempo para poder permanecer entre lo vivo. Lo esencial, aquello inevitable que existe en los artistas antes incluso de su arte definitivo, pero también en el arte antes de la explosión creativa de las vanguardias, llevaba siglos esperando que su llamada fuera comprendida. Tal vez esto es una prueba de que tanto el arte antiguo como el arte moderno existen ya fuera del tiempo y que siguen, precisamente por eso, presentes «en beneficio de las sensaciones».